BRECHA SALARIAL
- Medicina Lado B
- 12 ago 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 23 sept 2020
En el justo reclamo por el aumento de los salarios del personal de salud, las mujeres reclamamos el doble.
Recientemente resonó por las redes un hilo de Twitter que visibiliza los salarios absurdos de varios profesionales y especialistas de la salud. La publicación generó mucha repercusión e indignación en ésta comunidad y en la sociedad.
Si bien el reclamo por los salarios dignos para profesionales de la salud viene desde hace varios años y es una problemática que se extiende por Latinoamérica y otras partes del mundo, la pandemia ha permitido visibilizar la importancia del trabajo médico pero también ha expuesto problemáticas estructurales de un sistema que lleva años deteriorado. La brecha salarial de género es otra cuestión que debe ser reclamada a la par. Ahora bien, ¿a qué nos referimos con brecha salarial?
La brecha salarial es la diferencia entre los ingresos promedios de los varones y las mujeres, expresada en términos del ingreso más alto. Es decir, que puede leerse como “las mujeres perciben ingresos que, en promedio, son un …% menores que los de los varones” (1).
En Argentina, la brecha salarial entre las y los profesionales de la salud alcanzó el 19,6% en 2016 y no se identifica una reducción de esta en los últimos años. Esta brecha de los ingresos mensuales son el resultado de otras 2:la de ingresos por hora trabajada (brecha de ingreso horaria) y la de cantidad de horas trabajadas (brecha horaria).
¿Cuales son las variables que componen el salario de un o una profesional de la salud?
Las remuneraciones derivan en su mayoría de una estructura de salario básico al que se le suma un adicional por nivel y/o antigüedad, por título de especialista y en relación a la dedicación horaria. Hay otros adicionales que corresponden a horario extendido: las guardias, turnos rotatorios, la dedicación exclusiva o la disponibilidad permanente. En promedio las carreras sanitarias en el ámbito público tienen una carga horaria de 12 a 70 horas semanales, las guardias pasivas pueden ser desde 8 a 36 horas/semana y las guardias activas son de 12 o 24 horas.
Entonces, la distribución del uso del tiempo es el principal factor que influye en el cálculo de la brecha horaria. Se vió que la cantidad de horas invertidas en las tareas del hogar y en el trabajo del cuidado es un 60% mayor por parte de las mujeres en comparación con sus contrapartes varones. Esto muestra que la feminización profesionalizada [figura 1] se ha desarrollado en un contexto de “revolución estancada”, ya que la inserción masiva de las mujeres en puestos de calificación profesional no produjo modificaciones visibles en la participación de los varones en las tareas domésticas. Esta distribución desigual de las horas trabajadas [las mujeres trabajan menos horas que los varones debido a una mayor ocupación de su tiempo en las tareas del hogar] explica una parte importante de la brecha de ingresos mensuales.

[Figura 1]En 1980, las mujeres representaban el 20,1% del total de médicos en el país; en solo 20 años duplicaron su participación y en el 2016 alcanzaron una participación mayoritaria entre el total de médicas y médicos en edad activa.
Otro punto es el acceso a los puestos de conducción. En Argentina las profesionales médicas son las principales responsables de la organización y cuidado de sus hogares. La carga de las responsabilidades domésticas y la crianza demoran los tiempos para su capacitación y la obtención de mejores calificaciones, que luego favorecen el acceso a cargos de conducción y a roles más prestigiosos en el sistema de salud. Frente a esta situación, en los años 2003 y 2016 se experimentaron mejoras, que si bien no abrieron paso a la paridad de tareas de mayor responsabilidad y jerarquía, se incrementó el porcentaje de mujeres jefas y directoras de un 3,9% al 6,2%.
¿Y si nos organizamos...?
La existencia de una organización sindical fragmentada, consecuencia de un sistema de salud segmentado, juega en contra a la hora de las negociaciones de las condiciones de trabajo. Al comparar a las y los profesionales con las técnicas y los técnicos del sector de salud, quienes tienen una tradición sindical más arraigada, vemos que las y los segundos tienen una menor brecha salarial (del 12,3%) y una brecha horaria de 8,1% -ambas menores que las de los y las profesionales- y cuentan con negociaciones colectivas de trabajo más favorables para la organización familiar, períodos de embarazo y lactancia [Convenio 122/75 para Clínicas y Sanatorios con Internación].
Por otro lado, la regulación de las condiciones de trabajo fueron establecidas en un período anterior a la feminización del sector y las normativas actuales no solo no contemplan esta nueva composición sectorial sino que también refuerzan las brechas mencionadas. La reducción de la brecha salarial entre mujeres y hombres requiere que las políticas que regulan las condiciones de trabajo se adapten a la nueva realidad del sector: la creciente feminización de la profesión médica. Es necesaria la incorporación de la perspectiva de género en las negociaciones colectivas, con énfasis en la participación de las mujeres en las organizaciones sindicales y en las comisiones paritarias, que sean ellas quienes negocien sus propios salarios.
Algunas de las condiciones laborales adecuadas para las mujeres comprenden:
Flexibilización del horario laboral que permita conciliar las tareas de maternidad con la actividad laboral.
Tratar el desarrollo de guarderías.
La reorganización por bandas horarias que no superen las 12 horas, podría beneficiar tanto a hombres como a mujeres y facilitaría la organización familiar.
Distribución de la licencia por maternidad/paternidad contemplando el periodo considerado mínimo para la recuperación física de la mujer.
Ofrecer la opción de participar en los procesos de capacitación tanto durante las licencias por maternidad o cuidado de un familiar como en los períodos de reducción horaria(se puede acortar).
Por Oxyurus Rimbombante y Neisseria Esterlar.
Fuentes
Economia feminita (28/02/2019). La desigualdad de género se puede medir. Recuperado de: https://economiafeminita.com/la-desigualdad-de-genero-se-puede-medir-3/
PNUD argentina.,2018. Género en el sector salud.Recuperado de https://www.ar.undp.org/content/argentina/es/home/library/human_development/Aportes9.html
Paz, J.Brecha salarial por género en Argentina. Recuperado de:https://www.revistas.ufg.br/fcs/article/view/57894/32879
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