DETECT(I)AR: ¿Un antes y un después?
- Medicina Lado B
- 17 sept 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 23 sept 2020

En marzo, muchxs estudiantes de la Facultad de Medicina dábamos inicio a nuestro ciclo lectivo. Esto no fue así en el caso de lxs estudiantes que estaban por iniciar sus prácticas en el internado anual rotatorio (IAR), necesario para poder obtener el título de médicx.
Lxs estudiantes del IAR estuvieron sin respuesta alguna desde marzo hasta junio, mes en el que la facultad decidió establecer un convenio con el gobierno porteño para que lxs estudiantes puedan cumplir sus horas de prácticas y avanzar en el tramo final de la carrera. Frente a la necesidad de dar una respuesta a este grupo de estudiantes, se propuso su participación –no obligatoria– en el Plan DETECTAR.
Entrevistamos a tres estudiantes que se encuentran realizando el IAR, para que nos cuenten su experiencia, formando parte de distintos voluntariados.
Lo primero que queríamos saber desde Lado B es por qué decidieron inscribirse, y en este caso la respuesta fue unánime: “queremos poder avanzar con la carrera para obtener el título”. La realidad es que a pesar de cumplir con las horas del IAR, para obtener el título hay que rendir un examen y luego abonar un arancel en tesorería (que sigue cerrada), como nos cuenta, en este caso, un estudiante que prefiere mantener su identidad anónima:“ Si no te anotabas al voluntariado, las probabilidades de conseguir tu título de médico eran nulas. Hoy en día terminé con las horas obligatorias que exige el internado para rendir el examen final, pude anotarme en la segunda fecha, el 25/09, así que estoy esperando poder rendir. El problema es que además no hay administrativos en tesorería, por lo que el trámite del título no avanza…Y ni hablar de la matrícula, que recién tiene turnos para enero del 2021”.
En cuanto al quehacer diario, Sebastián Leglise, estudiante que participa del voluntariado en el Cesac de San Lorenzo nos cuenta: “arrancamos 9 am, seremos 6 voluntarios del IAR. En San Lorenzo, hay cuatro computadoras para hacer la entrada de pacientes, preguntar síntomas y contactos estrechos. En tres de esas cuatro computadoras siempre hay personal de salud de algún CESAC, y una queda libre. En esa computadora me siento yo y entrevisto pacientes, decido si entran dentro del protocolo para hacerse el hisopado, pregunto síntomas, comorbilidades, y contactos estrechos. Luego imprimo la historia clínica, y se la paso a una enfermera, o a veces a una compañera del voluntariado, que se encarga de llevarla al sector donde se hacen los hisopados”.
Algo llamativo es que dos de lxs encuestados mencionaron que les resulta más enriquecedor realizar el voluntariado en lugar del IAR habitual (en AMBA). Consideran que aprenden mucho más de lo que aprenderían en el internado porque se les da un rol más activo, mientras que en el internado no se les presta atención.
Que lxs encuestadxs remarquen una disparidad en su enseñanza (voluntariado vs IAR), nos lleva a pensar: ¿deberíamos replantearnos éstas prácticas? ¿será esta propuesta un antes y un después en la concepción del internado?.
Lo planteado por lxs estudiantes nos lleva a pensar si realmente esta situación es así siempre y hasta qué punto depende únicamente de la institución. ¿Será que nosotrxs formamos también un preconcepto negativo de esta etapa de la carrera, asumimos que no vamos a aprender y lo tomamos como un “trámite para recibirnos”? –un típico comentario que se escucha entre estudiantes es que en el IAR no se aprende y se usa el tiempo para estudiar para la residencia–.
En Colombia, México y Chile por ejemplo, se entiende al IAR como un momento fundamental en la preparación de un futurx médicx o médicx residente. Esto se da porque los modelos de salud centrados en atención primaria –como ocurre estos países– comprenden la necesidad de que lxs estudiantes adquieran habilidades técnicas, con el objetivo de formar trabajadores inmediatos. A diferencia de lo que ocurre aquí, que se pone el foco educativo en el desarrollo de habilidades racionales y teóricas en desmedro de las habilidades prácticas y la capacidad laboral. ¿Será este enfoque un contribuyente silencioso dentro de un sistema de residencias y concurrencias precarizado?.
Por último, en cuanto a si creen si deberían ser remuneradxs nos enfrentamos a opiniones distintas. Por un lado, una estudiante que prefiere también conservar el anonimato considera que “es un voluntariado, y si se quiere un modo de IAR, no tendría por qué enojarme si no me pagaran por hacerlo. Es algo que elegí hacer sin pensar en un sueldo, no es un empleo”. Los otros encuestados creen que sí deberían ser remunerados porque “a pesar de no tener título, igualmente hacemos las mismas tareas que alguien que sí lo tiene. Nos exponemos al virus, trabajamos de lunes a viernes, somos responsables y nos preocupamos por el paciente desde una visión que alguien que no estudió medicina durante 7 años no la tiene”. Para su suerte, por lo que nos cuentan, fueron rentados en julio pero siguen esperando la remuneración correspondiente al mes de agosto.
Está claro que frente a la pandemia la facultad tuvo y tendrá que seguir adaptándose y encontrando las respuestas que a priori resulten más adecuadas para que lxs estudiantes puedan avanzar en sus estudios. Sin residentes no hay hospital, y sin graduadxs no se renueva el personal fundamental para brindar soporte al contexto que estamos viviendo, como nos cuenta unx de lxs encuestadxs: “lo peor de todo es que lxs médiques que se recibieron hace poco están trabajando en hospitales de provincias, en AMBA y también en programas DETECTAR. Estxs nuevxs médiques hicieron el examen de residencia hace poco y van a adjudicar un puesto en algún hospital público; por lo que dejarán sus puestos para entrar a un régimen de residencia. Esto se traduce en que muchos sanatorios y programas se van a quedar sin médiques matriculadxs para trabajar”.
Es necesario resolver esto pronto, pero también hay que revisar cómo avanzar y encontrar respuestas hacia las injusticias de un sistema tan descuidado como lo es el de salud. Como dijo Einstein “(...) la crisis trae progresos”, y si hay algo que esperamos de esta crisis es que se progrese hacia un sistema de salud más valorado, organizado y equipado.
Por Oxyurus Rimbombante
Con colaboración de Viruela Zopenca.
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