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Heroísmo insalubre

Desde un marzo cargado de aplausos hasta un diciembre con reclamos por condiciones laborales, en el 2020 lxs profesionales de la salud hemos estado como nunca en el centro de la escena. En este artículo, nos proponemos revisar qué implica ser heroicxs en nuestro sistema de salud.


Vocación en boca de todxs


Las representaciones sociales impregnan fuertemente en las profesionales vinculadas a la atención y el cuidado de la salud. En ocasiones se asocia a un sacrificio en la profesión, a darlo todo por una presupuesta vocación. Con un ejemplo particular, en la página oficial de Médicos Sin Fronteras (2018) se mencionan mitos sobre ellxs, como “Los profesionales de Médicos Sin Fronteras son héroes” o “Los que trabajan con Médicos Sin Fronteras no cobran salario”. Pero, ¿a qué nos referimos con vocación?


Pardell Alentà (2003) menciona cuatro valores "fundacionales" del Profesionalismo Médico: altruismo, disciplina, competencia y compromiso. Nos detendremos sólo en el primer concepto, entendiéndolo como “un ideal de servicio más allá de cualquier contrapartida económica. En este sentido, se ha podido postular que el profesional es tan interesado y competitivo como el no profesional, pero se diferencia de éste en que es capaz de moverse por recompensas simbólicas (prestigio, autoridad, pericia/competencia, formación cultural, etcétera)”. Es decir, una característica del médicx es “moverse” a pesar de lo que sea (o incluso no sea) una recompensa económica siempre y cuando se aseguren las simbólicas. ¿Esto implicaría situaciones (lamentablemente) cotidianas como hisopar a personas sintomáticas de COVID-19 con o sin adecuados equipos de protección personal, hacer cirugías eternas, guardias sin descansos, atender sin tiempos?


Esenciales en junio, descartables en diciembre


El año 2020 ha sido sumamente marcado por la pandemia de COVID-19. Desde los inicios de las acciones para atenuar sus impactos, hubo diversos ejemplos de reconocimiento simbólico de profesionales de salud, fundamentalmente a lxs médicxs. Por ejemplo, en varias ciudades de China se proyectaron las caras de “los médicos que lucharon contra el coronavirus” (redEMC, 2020), o los tan conocidos aplausos de las 21 hs en Argentina. Al respecto, Borrone (2020) incluye en su discurso ante la Asociación Médica Argentina:


Los médicos fuimos calificados durante la Pandemia COVID-19 como “trabajadores esenciales”. Si focalizamos la atención en los colegas que por su especialidad están en la primera línea de la batalla esa definición adquiere su máxima dimensión Si bien esa calificación surgió de las autoridades a la hora de organizar las actividades durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio, rápidamente la sociedad potenció con su reconocimiento la dimensión de esa “esencialidad”, y esto se tradujo en los aplausos de las 21 hs. (hoy ya inexistentes). Sin embargo, hay muchas posibilidades que esa “empatía” de las autoridades y la sociedad con los médicos se extinga cuando el riesgo y el temor generado por el Coronavirus desaparezca.


Y posteriormente menciona la preocupación por lo que pueda ocurrir una vez terminada la pandemia, retomándose un “sistema de salud sustentado en el heroísmo circunstancial y en el apostolado del médico”. Esta extinción de reconocimientos simbólicos no se hizo esperar demasiado, lamentablemente. En los últimos meses del 2020, con la pandemia vigente y amenazas de intensos rebrotes, cesaron los aplausos y no parece que se dé relevancia en la sociedad a aquellas condiciones de precariedad laboral en el sistema de salud.


Precarizadxs no vamos a trabajar


Consideramos relevante poder caracterizar el concepto de precariedad o precarización laboral, para avanzar con la situación particular de los últimos tiempos en Argentina. Para esto, retomamos aportes de Vejar (2014):


La “precariedad” se define en este contexto más bien como una “condición”, un fenómeno emergente e irruptivo, una forma de estar/ser en el mundo vinculado a la pérdida y/o debilitamiento de los vínculos sociales de integración y protección social […]. En esa dirección el concepto de precariedad laboral tiende asociarse al deterioro de las condiciones laborales, a una condición de inestabilidad laboral, y/o inseguridad laboral; un lugar en el espacio social donde el/la trabajador/a se encuentra desprotegido/a ante la expansión de las relaciones no formales, donde las leyes no lo protegen, la consolidación de un área de desprotección, la inexistencia del derecho de afiliación o participación sindical, etc.


Y a continuación agrega:


Pero a la vez la profundidad que implica éste concepto, el de “precariedad laboral”, debe ser entendida en un contexto histórico y en su compleja multidimensionalidad, espacial, temporal y semántica: La precariedad laboral solo es entendible en su complejidad como síntoma de los cambios y mutaciones en la dinámica e interior del patrón de acumulación capitalista, y como parte de una respuesta del capital a su propia crisis (Antúnez 2005; Harvey 2007).


Retomemos lo que pasó a finales del 2019. Si bien hace décadas el sistema de salud público está en detrimento (como los impactos de las políticas neoliberales de los 90s con el agrandamiento del privado por sobre los subsistemas público y de obras sociales), hemos decidido tomar esta época como punto de partida. A finales de aquel noviembre (específicamente el 28/11/19) se aprobó en la Legislatura Porteña la Ley 2828/2019 que modifica las condiciones laborales y ataca los derechos como trabajadorxs de residentes y concurrentes (RyC) de CABA. Si te interesa saber más sobre esta ley y la situación, podés ingresar a las siguientes páginas:


Además de esta votación poco democrática, varixs RyC de CABA sufrieron represión en la entrada de la legislatura. Ante esto, en lugar de quedarse al margen del asunto, se llevaron a cabo jornadas de paros y movilización. En las mismas hubo un despliegue de organización en comisiones: difusión del reclamo, seguridad en las movilizaciones, asesoramiento legal, prensa, entre otras. Tras estas luchas bajo la consigna “Veto o paro”, el jueves 5/12/19 se logró (colectivamente, por supuesto) que se vete esta ley.


En la práctica en salud durante el 2020 (y desde antes) también identificamos varios ejemplos de condiciones no idóneas para el quehacer en salud: insumos faltantes, sobrecarga de tareas, horarios interminables, ínfimos aumentos salariales, ausencia de ART en varixs profesionales, detrimento de la formación de residentes y concurrentes,… En el Informe de Situación de los Efectores Públicos de la CABA (Asamblea de Residentes y Concurrentes CABA, 2020), se relevó en julio-agosto del 2020 la situación de varios hospitales públicos en CABA. Se identifica, entre varios aspectos, que

  • Lxs residentes están a cargo de las guardias, la mayoría como “trabajo no pago”.

  • Hay un disbalance entre el aumento de demanda en sectores críticos (como la Unidad de Terapia Intensiva -UTI-) y una insuficiente incorporación de personal.

  • Persiste el trabajo de concurrentes, como profesionales en formación sin recibir salario ni ser contratadxs para estas tareas.

  • El colapso de los hospitales está en desarrollo.

¿Debemos ser lxs héroxs que salven a las personas de la pandemia más allá de las características de nuestros trabajos? ¿Qué hacer ante los impactos de la precarización laboral en nuestras vidas, e incluso muertes de compañerxs? ¿De qué manera afecta a la salud de la población? ¿Y la nuestra?


¿Es formativo hacer reclamos? ¿Y no hacerlos?


Hace décadas el sistema de salud sufre en Argentina, y la pandemia acentúo la situación preexistente. Parece que todo lleva a que haya más precarización. Si reclamás y no te dan bola, ¿qué más tenés que hacer?


No es fácil revertir las deplorables características laborales del sistema de salud argentino desde la individualidad. Asimismo, no hay un continuo apoyo gremial para profesionales de la salud, lo que reduce el poder de influir en transformaciones significativas del sistema. Esta es una invitación a que cada unx contribuya a visibilizar la problemática, no naturalizarla, y así sumar voces y brazos que exijan al Estado las condiciones para atender y cuidar a las personas en este particular contexto. Pasar de un quiero cambiar el sistema a un queremos.

Y vos, ¿en qué condiciones te gustaría que te atiendan lxs profesionales de salud? En el 2020 sobraron aplausos, faltaron cambios reales.



Por Fusarium revoltoso


Bibliografía:

 
 
 

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