¿Por qué es importante la perspectiva de género en nuestra formación como médicos?
- Medicina Lado B
- 20 jul 2020
- 5 Min. de lectura
Para comenzar a hablar sobre este tema es importante retroceder en el tiempo e intentar comprender de qué forma y bajo qué preceptos se han ido construyendo las relaciones interpersonales a lo largo del tiempo. Históricamente se han construido de manera jerárquica: encontramos a alguien superior que toma las decisiones, y alguien inferior que las acata (1). Esto podemos trasladarlo a relaciones dentro de la familia, o al ámbito profesional e institucional, por ejemplo: tradicionalmente se ubicó al hombre como persona encargada de salir a trabajar para mantener y ser el sostén económico de la familia, sometiéndose a todas las presiones y frustraciones que esto conlleva; y a la mujer, cuya función se limitaba a cuidar de la casa y los hijos, con muy poco margen de opción. Otro ejemplo es la relación médico-paciente, en la cual se ubica al primero como persona poseedora del saber y que de alguna manera esto lo hace “superior” al segundo, que viene a consultar sobre una afección determinada en búsqueda de respuestas.
Si esto lo trasladamos a otras temáticas, también nos podemos encontrar con ideas de superioridad por motivos religiosos, culturales, étnicos, de capacidades o caracteres físicos y hasta sexuales o de género.
Generación tras generación se nos ha inculcado que las relaciones interpersonales se rigen por lo que es y no es “natural”, justificando así comportamientos de discriminación hacia las personas que no encajan en estos modelos tradicionales de hetero-cis normatividad. Desde este punto de vista, y teniendo en cuenta toda esta historia que nos precede como sociedad, en este artículo planteamos por qué como futuros profesionales de la salud es esencial comprender que la perspectiva de género no es algo que “está de moda”, sino que nos atraviesa a todos y todas como seres humanos y es fundamental para mejorar el trato hacia las personas en general, así como también hacer de la consulta médica un ambiente de confianza, libre de prejuicios y estereotipos ligados a cuestiones de género.
A continuación, vamos a aclarar algunos conceptos que creemos necesarios para poder empezar a hablar de perspectiva de género (2):
SEXO: hace referencia a los atributos físicos genitales (internos y externos) con los que una persona nace y en base a los cuales se le asigna uno de los dos géneros reconocidos convencionalmente: hombre o mujer. Nos referimos a características físico-biológicas, y pueden ser XX, XY o Intersex.
GÉNERO: es la construcción social y cultural regida por estereotipos muy marcados que definen el “ser mujer o varón”.
IDENTIDAD DE GÉNERO: abarca la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente. Puede corresponder o no con el sexo biológico. Es importante destacar que se trata de la autopercepción, entonces no necesariamente es igual para cada persona. El género se expresa a través del nombre, el lenguaje, la vestimenta, los intereses, etc.
ESTEREOTIPOS DE GÉNERO: es el conjunto de ideas, representaciones, opiniones e incluso roles que socialmente están asociados con lo “femenino” y lo “masculino”.
De aquí se desprenden otros términos, que además se relacionan con la expresión de género:
Cisgénero: persona cuya identidad de género se corresponde con el género que se le asignó al nacer.
Transgénero: persona que no se identifica con el género que le fue asignado al nacer. Identificarse como trans es independiente del sexo legal, de la expresión de género y de si se realizaron o no procedimientos quirúrgicos, tratamientos hormonales u otras modificaciones corporales.
Intersex: persona que presenta variaciones a nivel de los cromosomas, gónadas, órganos reproductivos y/o genitales y, por lo tanto no se encuadra dentro de los estándares masculinos o femeninos.
No binario: persona que no se identifica con las categorías tradicionales de hombre o mujer. Algunos ejemplos de identidades no binarias incluyen a demichicas/demichicos y personas de género fluido (cambiante).
Queer: persona que no se identifica con un género en particular. Implica la ruptura de los roles y estereotipos de género que limitan a todas las personas.
ORIENTACIÓN SEXUAL: aquí nos referimos a la atracción sexual, erótica, emocional o amorosa que sienten las personas hacia otras (asexual, bisexual, heterosexual, homosexual, demisexual, pansexual).
Pero entonces, ¿de qué hablamos cuando hablamos de perspectiva de género?
A partir de que comenzamos a incorporar todos los conceptos enumerados anteriormente es que podemos acercarnos a la perspectiva de género, que permite analizar cómo funcionan las representaciones sociales, los prejuicios y estereotipos en cada contexto social y cómo romper con los mismos. Se busca generar un compromiso con la búsqueda de equidad, en lo relacionado a las cuestiones de sexo-género (3).
Implica que comencemos a repensar y así poder deconstruir lo que está tradicionalmente aceptado como “normal” y que seamos capaces de crear una sociedad en la que no seamos etiquetados ni encasillados dentro de una categoría a la que no pertenecemos.
Debemos comprender que la falta de perspectiva de género, es, en efecto, una forma de discriminación. “Muchísimas veces la presión social y cultural que ejerce la heteronormatividad condena a la población LGTBIQ+ a permanecer en el clóset –o en el armario– ante situaciones o espacios hostiles a fin de evitar la discriminación explícita y sus consecuencias como baja autoestima, autoexclusión y depresión, que lleva en casos extremos al suicidio”(4). El ámbito de la consulta médica no está exento de esto. Si nuestros pacientes no sienten que como médicos y médicas estamos despojados de este tipo de prejuicios, no lograremos generar el ambiente de confianza necesario para abordar de manera integral el motivo de consulta.
El primer paso para trabajar en la eliminación de todas las formas de discriminación y violencia es reconocer que todas las personas tienen los mismos derechos, obligaciones y oportunidades. Cabe destacar que no sólo nos referimos a la comunidad LGTBIQ+ sino a todas las poblaciones históricamente vulneradas, como extranjeros, mujeres o afrodescendientes. Es fundamental que todos y todas empecemos a cuestionarnos qué es lo que nos lleva a pensar que estas temáticas no son inherentes a nosotros. ¿Es porque nunca me lo planteé? ¿Es porque no comprendo de qué se trata? ¿O porque simplemente no considero que sea de mi incumbencia? Y es acá donde queremos establecer un punto: así como nos actualizamos en nuestros conocimientos sobre medicina, debemos hacerlo también en cuestiones sociales y estar a la altura de nuestra actualidad. Sostenemos que es irresponsable como agentes de salud no considerar que las cuestiones de género también son parte del contexto social de nuestros pacientes, y por lo tanto es fundamental para la atención y el cuidado integral de la salud.
Por Chlamydia Fantástica
Referencias
(1) Youtube (6 de marzo 2020). Maffia, Diana. “De la antigüedad a la modernidad: el lugar reservado de las mujeres”
(2) Terminología LGBTI, conceptos básicos. Comisión Interamericana por los Derechos Humanos http://www.oas.org/es/cidh/multimedia/2015/violencia-lgbti/terminologia-lgbti.html
(3)[1] Susana Gamba. (marzo 2008). ¿Qué es la perspectiva de género y los estudios de género? http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1395
(4)Inadi. Diversidad sexual y derechos humanos. http://www.inadi.gob.ar/contenidos-digitales/wp-content/uploads/2017/06/Diversidad-Sexual-y-Derechos-Humanos-9-9-2016.pdf
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