Violencia y Acoso en el mundo del trabajo: ¿podemos denunciar sin miedo a perder nuestro empleo?
- Medicina Lado B
- 4 ago 2020
- 6 Min. de lectura
Imaginémonos siendo víctimas de violencia o acoso por parte de un superior, o partícipes de un acto de esta índole ejercida hacia un compañero, compañera, o hacia cualquier persona. ¿Sabríamos cómo actuar? ¿Reaccionariamos aunque esto pueda traer castigos o poner en juego nuestro empleo? ¿Callaríamos aún sabiendo que el acto quedaría impune o que posiblemente se repita?
Ante esta difícil situación que nos preocupa necesitamos saber con qué herramientas contamos para poder prevenir, hablar o denunciar estas injusticias.
Primero situémonos en el ámbito global: La OIT (Organización Mundial del Trabajo) es una institución que busca establecer las normas del trabajo, desarrollar políticas y concebir programas en respuesta a las necesidades de hombres y mujeres que trabajan. Para lograr este objetivo, reúne a trabajadores y trabajadoras, empresarios, empresarias y el Estado de los países miembros (hecho por el cual esta organización se denomina tripartita). Estas normas, políticas y programas son acordadas por las diferentes partes y solo se llega a un convenio por medio de una votación. El paso siguiente depende de cada país, ya que aquellas naciones que deseen implementar el convenio, deben ratificarlo por medio del Congreso Nacional y aplicarlo bajo su propia legislación. El arreglo entrará en vigencia 12 meses después de que haya sido registrada por el director de la OIT(1).
Si bien años anteriores se habían tratado temas como discriminación, acoso sexual (convenio OIT 111), e igualdad de remuneración (convenio OIT 110), no fue hasta el Convenio 190, celebrado en junio de 2019, que se logró un abordaje integral de la problemática violencia y acoso. Ahora bien, ¿qué novedades trae este convenio? ¿Y por qué nos importa?
Recién en este convenio se reconoció como un derecho de todas las personas, un mundo del trabajo libre de violencia y acoso(2). En el mismo se define que la expresión «violencia y acoso» en el mundo del trabajo designa un conjunto de comportamientos y prácticas inaceptables, o de amenazas de tales comportamientos y prácticas, ya sea que se manifiesten una sola vez o de manera repetida, que tengan por objeto, que causen o sean susceptibles de causar, un daño físico, psicológico, sexual o económico, e incluye la violencia y el acoso por razón de género.
Reconoce que hay grupos vulnerables, entre ellos: mujeres, niñas, población inmigrante, población afrodescendiente, comunidad LGTBIQ+, trabajadores y trabajadoras informales. Hace hincapié en que tanto gobierno, empleadores y empleadoras, trabajadores y trabajadoras tienen un rol fundamental en la prevención, erradicación y promoción de tolerancia cero de estas conductas.
Uno de sus mensajes principales es que este tipo de prácticas dejen de ser toleradas y aceptadas y sean vistas como violaciones o abusos a los derechos humanos, al derecho de no discriminación, a la dignidad y a la integridad humana, entre otros. Este convenio representa un gran avance hacia un mundo laboral digno e igualitario.
En lo que respecta a Argentina, el actual Presidente envió a la Cámara de Senadores y Senadoras de la Nación el proyecto de ratificación el pasado 28 de mayo. Con respecto a esto la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, Elizabeth Gómez Alcorta señaló en su cuenta de twitter: “Hemos dado un paso fundamental hacia el reconocimiento de derechos fundamentales, prueba de un compromiso contundente con la agenda de género y diversidad.” Cabe destacar entonces dos cosas: por un lado, que se cuenta con respaldo a nivel nacional e internacional sobre nuestros derechos laborales(3). Por otro, que es importante hacer un seguimiento del convenio teniendo en cuenta que seguramente tome varios años en implementarse.
Mientras el acuerdo se implementa, ¿como estamos a nivel local y cuáles son nuestras herramientas?
Es importante dar a conocer la existencia de La Mesa Intersectorial por Hospitales Libres de Violencia(4). Esta mesa está integrada por personal del Ministerio de salud de la provincia de Buenos Aires, las federaciones y delegaciones de algunas asociaciones gremiales de la provincia(5).
Estas instituciones llegaron el 11 de Abril de 2017, a un acuerdo para la implementación del Protocolo de acción en situaciones de violencia interna(6), y definieron violencia laboral como: “…el accionar de los funcionarios y/o empleados públicos que valiéndose de su posición jerárquica o de circunstancias vinculadas con su función incurran en conductas que atenten contra la dignidad, integridad física, sexual, psicológica y/o social del trabajador o trabajadora, manifestando un abuso de poder llevado a cabo mediante amenaza, intimidación, amedrentamiento, inequidad salarial, acoso, maltrato físico, psicológico y/o social.”
¿Cuál es el protocolo a seguir
Otras organizaciones que velan por mejores condiciones de trabajo y a donde podemos recurrir en estos casos son:
El Estado: ofrece la línea de atención gratuita 144 que atiende todo tipo de violencia contra las mujeres.
El Ministerio de trabajo: - Oficina de Asesoramiento sobre Violencia Laboral
- La Comisión Tripartita de Igualdad de Trato y Oportunidades entre varones y mujeres en el ámbito laboral (CTIO)
- Instituto Nacional contra la Discriminación, el Racismo y la Xenofobia (INADI) -que se encarga de malos tratos laborales de toda índole-.
Acompañamientos especializados en casos de violencia de género como:
-DOVIC (Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas)
- La Red de abogadas feministas.
Estas organizaciones hacen que el tránsito y la experiencia a lo largo de estos procesos sean mejores, de mayor calidad(7), asegurando hacer efectivo el catálogo de derechos mínimos que tiene toda persona a lo largo de todo el proceso penal y garantizan un abordaje interdisciplinario y especializado frente a las víctimas.
Pero ¿Qué podemos hacer hoy como estudiantes para evitar la violencia y el acoso de mañana en los establecimientos de salud?
Al igual que en la resolución de la enfermedad de una persona, lo primero que tenemos que hacer es entender cuál es el origen del problema, para llegar a un diagnóstico y poder dar con el tratamiento adecuado.
Sabemos que el estigma social puede limitar lo que es considerado normal o aceptable y usarse para imponer estereotipos y normas sociales de comportamiento apropiado(8). En el caso de la violencia y acoso en el mundo del trabajo la etiología de esta problemática es, en líneas generales, el imaginario social que hace que algunas personas se sientan avaladas a ejercer estas acciones inaceptables.
El hospital es el ámbito donde se dirime ese saber-poder médico, donde se imponen discursos que resultan en que haya grupos más vulnerables a ser víctimas de estas prácticas(9) y donde estereotipos hacen ver al médico varón como racional, resolutivo, fuerte, ambicioso, “político”, y a la mujer médica como débil, sentimental/emocional, pasiva, cuidadora, empática, contenedora, receptiva. Además, el hecho de que todos los atributos asociados a la masculinidad estén socialmente mejor vistos que los asociados a la feminidad(10), hace que se refuercen ideales que permiten que algunos y algunas crean estar validados a ejercer acciones abusivas.
Las diferentes formas de violencia tienen un origen social y cultural, y el hecho de que los grupos sociales marginados sean siempre los mismos, nos lleva a concluir que el “tratamiento” es la eliminación de estereotipos y prejuicios de género. Esto requiere transformaciones en las creencias sobre las formas de ser, actuar y pensar de mujeres y varones. Tenemos que reconocer qué escenarios permiten que estos comportamientos sucedan, para así poder cambiarlos y no perpetuarlos.
Respondiendo a la pregunta que aquí nos convoca, contamos con una gran gama de recursos a los que podemos acudir, para que podamos llevar a cabo un proceso de denuncia y su correcta resolución. A lo que se le suma el apoyo internacional, que en un futuro – esperemos no lejano- responderá con mayor eficiencia a el objetivo de la erradicación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo. Pero también desde nuestro lugar podemos crear un nuevo ideal social que transmita valores y actitudes vinculadas con la autonomía, la tolerancia y el respeto, donde las discusiones y vivencias no sean sobre
amenazas, hostigamiento, malos tratos o degradaciones, sino que giren en torno al desarrollo libre e integral de nuestra profesión.
Si quiere conocer más sobre el convenio 190 de la OIT, como fue la votación y otras reflexiones sobre este , haga clic aquí
Por Neisseria Estelar.
Artículos mencionados:
1. OIT (2020). Cómo funciona la OIT. Recuperado desde: https://www.ilo.org/global/about-the-ilo/how-the-ilo-works/lang--es/index.htm
2.Universitas fundación (2019). Convenio 190 de la OIT Sobre la Violencia y el Acoso [video]. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=BnyWQ7Wv9pc
3. Telam (28/05/200209. Envían el proyecto de ratificación de Convenio OIT contra violencia y acoso laboral. Recuperado de:https://www.telam.com.ar/notas/202005/469608-envian-el-proyecto-de-ratificacion-de-convenio-oit-contra-violencia-y-acoso-laboral.html
4. Fue implementada por Resolución Ministerial Nro 5038 el 31 de octubre de 2012, basada en las Recomendaciones de la OIT y de la OMS sobre violencia y agresiones en el ámbito laboral, bajo las “Directrices marco para afrontar la violencia laboral en el sector de la salud” del 2002.
5.FEMEBA (Federación Médica de la provincia de Buenos aires,FEMECON (Federación Médica del Conurbano), y delegaciones de los gremios Unión Personal Civil de la Nación (UPCN), El Sindicato de salud pública, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), CICOP, la Agremiación Médica Platense y AMRA.
6.Femeba (2020). PROTOCOLO DE ACCIÓN EN SITUACIONES DE VIOLENCIA INTERNA EN EL ÁMBITO DE LA SALUD PÚBLICA. Recuperado de: http://www.femeba.org.ar/documentos/download/3357
7.Arduino I.,2020
8.Human development report., 2019. Tackling social norms, 9-10.
9.PNUD argentina.,2018. Género en el sector salud, 60-61
10.PNUD argentina., 2020. Violencia de género, 17-18.
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